Causa y efecto.

Causa y efecto. No hay accidentes: solo existe causalidad. Las lesiones y las enfermedades que padecen los trabajadores y sufren conjuntamente sus familias no son fruto de la casualidad; no es castigo divino ni falta de fortuna: es el hecho resultante de la falta de prevención, de la mala organización de la empresa, de errores en las decisiones tomadas en las que nunca intervienen los trabajadores. El responsable de la tragedia humana que suponen los daños, las minusvalías, las enfermedades o la muerte del trabajador sobrevenida por causa del trabajo es responsabilidad de quien dice qué y cómo se van hacer las cosas. Este suele ser el mismo que antepone las plusvalías y los beneficios a la salud de los trabajadores.

martes, 19 de agosto de 2014

Catar mata trabajadores a 57 céntimos la hora construyendo estadios de futbol

Otro titular de periódico me pone de mala leche, no por lo que dice sino por lo que todo el mundo calla: “ 57 céntimos la hora por construir el estadio de Qatar 2022. Centenares de obreros inmigrantes del campo de Al-Wakrah cobran 171 euros por trabajar hasta 30 días al mes, según revela 'The Guardian'.

Cuantos golpes, cortes, fracturas, quemaduras, hernias, envenenamientos, muertes, etc., costarán los dichosos estadios de futbol de Catar para el mundial de 2022. Nunca echan cuentas para ver si con el sufrimiento previsible vale la pena construir semejantes moles para el ocio. Si quisieran hacerlas no se construirían de la forma que lo están haciendo. 

Es un país en guerra contra trabajadores de países como Nepal, Filipinas, India o Sri Lanka. Más de 1200 muertos hasta el momento y se espera terminar los estadios con una cifra que rondará los 4000, no cuentan los inválidos y lesiones no invalidantes. Ha habido guerras con muchos menos muertos. 

Esto no es como consecuencia de unas pequeñas deficiencias en prevención, esto es por la esclavitud a la que se somete a los trabajadores, que dicho de paso están ahí porque en sus países de origen las condiciones de trabajo son peores. Y es promovido por el Jeque Hamad al Zani, emir de Catar por la gloria de un golpe de estado que dio sobre el anterior mandatario, su padre, Jalifa bin Hamad al Zani. Un país en el que viven 2.000.000 de personas, pero solo 250.000 son ciudadanos. Los ciudadanos de Catar no pagan impuestos.

Lo peor es el silencio de los países “civilizados” ante los horrores de los que son capaces de realizar los hombres de Catar, ante el régimen laborar que mantiene este país que es la esclavitud y que fomenta sin tapujos y ante el futbol que le perdona todo.

Hay que dejar de ver futbol, esto no es bueno para nadie.


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