Causa y efecto.

Causa y efecto. No hay accidentes: solo existe causalidad. Las lesiones y las enfermedades que padecen los trabajadores y sufren conjuntamente sus familias no son fruto de la casualidad; no es castigo divino ni falta de fortuna: es el hecho resultante de la falta de prevención, de la mala organización de la empresa, de errores en las decisiones tomadas en las que nunca intervienen los trabajadores. El responsable de la tragedia humana que suponen los daños, las minusvalías, las enfermedades o la muerte del trabajador sobrevenida por causa del trabajo es responsabilidad de quien dice qué y cómo se van hacer las cosas. Este suele ser el mismo que antepone las plusvalías y los beneficios a la salud de los trabajadores.

jueves, 10 de junio de 2010

La fábula del cerdo y la gallina se reedita.


Supongo que conocéis la famosa fábula del cerdo y la gallina, ya sabeis, eso de que mientras el primero se compromete, la segunda sólo se involucra.

Según la fábula, la gallina le dijo al cerdo: "Hagamos algo juntos". "¿Qué?", le preguntó éste. "Jamón con huevos", respondió la clueca. "¡Encantado!", exclamó el cochino, hasta darse cuenta de que para hacerlo a la gallina le bastaba con poner un par de huevos, mientras él tenía que ir al matadero.

En France Telecom, empresa modelo en donde los trabajadores se comprometen, tiene un problema muy grave: sus trabajadores se suicidan, al parecer, debido a la presión que soportan en el trabajo. Cuando esta situación salió en todos los periódicos del mundo varias veces, se hizo insostenible para el presidente francés Sr. Sarkozy y éste mandó a France Telecom que valorara en profundidad los riesgos y que se planificaran las medidas preventivas necesarias para evitar más suicidios. En la empresa se siguen suicidando los trabajadores y el problema persiste. Una cosa se ha conseguido: ha bajado la celeridad con la que se producían.

Ahora otra noticia que sigue por el mismo camino que la anterior. Foxconn, empresa que fabrica equipos informáticos para APPEL, cuyos directivos, más desvergonzados que los franceses y seguramente apoyados en la mayor laxitud de la legislación de Taiwán, creen que el trabador se suicida para que sus familias cobren una indemnización. Increíble pero cierto.

Uno de los elementos más flexibles en la producción siguen siendo los recursos humanos. El trabajador convenientemente sometido a presión en ámbitos donde el compromiso por la empresa ya es muy fuerte, da de sí mismo todo, hasta su vida.

La diferencia entre la muerte en una mina y en una cadena de montaje, posiblemente sea la violencia con la que se produce en la mina. El resultado es el mismo: fallecimiento del trabajador y sufrimiento para la familia.

Cuando los empresarios preguntan cuál es la disposición al diálogo y la capacidad de compromiso de los interlocutores sociales, se me ponen los pelos como escarpias y me parece que lo que realmente nos están pidiendo es el esfuerzo de pasar de gallina a cerdo.

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